CAFÉ CON NEUROSIS
¿Rearme? ¡Uf, qué asco!
Esta tendencia al eufemismo la ha copiado la sociedad, y ninguna clínica española trata la impotencia masculina, sino la «disfunción eréctil»
La estúpida Babel
El golfo de América
La clase política española descubrió, hace tiempo, que ante cualquier problema era más rápido cambiar la denominación del problema que enfrentarse a la trabajosa tarea de solucionarlo.
La prueba más reciente fue llevada a cabo por la vicepresidente y antigua líder de Sumar, Yolanda Díaz, ... que logró quitarse casi un millón de parados intermitentes, pasando a denominarles trabajadores de contrato fijo-discontinuo. Me extraña que la actual ministra de Sanidad no defina a los enfermos como «sanos discontinuos», con lo que España pasaría, de golpe, a ser el país con menos enfermos del mundo.
Esta tendencia al eufemismo la ha copiado la sociedad, y ninguna clínica española trata la impotencia masculina, sino la «disfunción eréctil», de la misma manera que, hace muchísimo tiempo, nadie practica el coito, sino que «hace el amor».
Nuestro presidente de Gobierno, Pedro I El Mentiroso, afirmó cuando era todavía candidato, que el ministerio de Defensa debía suprimirse. No sólo no lo ha suprimido, sino que los socios de la Unión Europea y de la OTAN le exigen invertir más dinero en un rearme necesario, ante la expansión invasora de Putin, y la connivencia mercantil del Fanfarrón Dañino de Occidente, Donald Trump. Todos los países de la Unión Europea han comenzado a rearmarse, pero esa es una palabra que no le gusta a Pedro I El Mentiroso, y ha resuelto el problema denominándolo «salto tecnológico en defensa». Y ya está. Los demás países europeos gastándose el dinero en cosas tan groseras como tanques, misiles antiaéreos, drones, bombarderos, submarinos y así, y nosotros capitaneando Europa con el salto tecnológico, que debe consistir en comprar ordenadores nuevos para los cuarteles, que serán recogidos por soldados que los llevarán desde los almacenes, dando saltos por el camino para demostrar la buena forma en que está la tropa.
Creo que hasta para eso hay problemas presupuestarios, porque no hay dinero, y en lo del «salto tecnológico» quiere computar los sueldos de la milicia, porque se hacen por transferencia digital, como los recibimos todos, desde hace años.
No sé. Aunque ha intentado convencernos de que él no dice mentiras, sino que cambia de opinión, nadie le dice Pedro I El Cambiador de Opinión. Ahí ha fracasado.
Y los lilas, que dicen que hay que apostar por la paz, predicando cada día contra el rearme, deben pensar que los españoles nos levantamos todos los días cabreados porque no ha empezado todavía la guerra. ¿Quién no quiere la paz? Un tal Putin. Y la paz, a lo largo de la historia, siempre se ha conseguido resistiendo con ardor a quienes querían pisotear a los otros y hacerlos sus esclavos.
Si en 1808, el pueblo español, hubiera querido la paz, con predicadores, y sin la ayuda de Wellington, hoy seríamos un pueblo francés. Y, ahora, estaríamos rearmándonos sin hacer ascos.
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